miércoles, 18 de noviembre de 2009

Medusa nos sueña en piedra


MEDUSA NOS SUEÑA EN PIEDRA

“No se puede ir a la guerra sin Dios”
Comarc McCarthy


De nuestro mundo sólo queda el rugir del tiempo que arrastra su huella entre los escombros de la vida. Lobo herido que en esta tierra yerma (erosionada ya la esperanza), deja la grandeza en el pasado y se transforma en la silueta de chacal del desierto. Seguimos sus pasos, entre una maraña de amaneceres rotos. Somos pocos. Cada vez menos. Vamos dejando atrás un cementerio de piedras que alguna vez fueron hombres de gran riqueza, mujeres de poder sin igual.
Con el exceso llegó el hastío y todo cambió en caricias rotas, amores diluidos, maneras asépticas.
Los recuerdos de la calidez, de la carne, son ahora amarillentos, ya con los bordes desleídos. La reciedumbre todo lo abarca.
Hoy, encuentro una cama mullida para el sueño, una larga cabellera, serpentina, suave. Libre de peligros, por ahora.
Medusa descansa. Su trabajo casi ha sido completado. Por ella, somos esa foto amarillenta que se desintegra en los álbumes del tiempo.

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