lunes, 25 de enero de 2010

Hay un fuego para toda esperanza


HAY UN FUEGO PARA TODA ESPERANZA

“Bebo por la casa destruida,

por mi vida terrible,

por la soledad entre los dos

y por ti yo bebo”

Anna Ajmátova

I

Las ceremonias que honro


rasgué mi traje de ceremonias

esta noche no he sido invitada a la cena de los desencantos


se servirán esperanzas atrapadas en alto vuelo

y otros manjares de la decepción

que nunca he podido disfrutar a gusto


me falta un componente

esa pieza clave que permite el alivio ante el dolor ajeno

inmóvil

me precede mi negativa

no invento nombres para juegos macabros

sé que en medio de tanta opulencia

volverás a casa con hambre


como mi género es otro

y distintas son las ceremonias que honro


compartiré contigo las migajas de mi juventud


II


Adivinación del único juego posible


como único juego posible

adivinaremos

cuáles son los sacrificios

dónde arden los fuegos de aquellos

que en silencio pasan bajo nuestra ventana


tú y yo sabemos

que hay un fuego para toda memoria

y uno para toda esperanza



miércoles, 20 de enero de 2010

El horror es un animal sediento


EL HORROR ES UN ANIMAL SEDIENTO

Sordo. Habituado a la desesperación. El animal se cuela entre las rendijas de la indiferencia y jamás mira directamente a los ojos. Sus ceremonias son exactas, sin fallas ni salidas. Es igual para el soldado, que para el niño. Para uno está vestido de espejos convexos, alterados, que muestran grandeza donde sólo hay miedos y dudas abismales; para el otro no usa vestidos, se muestra desnudo y sin pudores.

Es la diferencia entre el que sabrá tarde que no había nada que ganar, y el que, desde el principio sabe que todo está perdido, estos son los rostros del horror. Como en Trang Bang, donde siempre correrá una niña, entre gritos sordos, atravesando el campo en el que se cultivan nuestras peores pesadillas, el lugar donde damos de beber al animal sediento.